1 lata grande ( 28 onzas ) de tomates enteros, con su líquido
2 tazas de caldo de verduras
½ taza de frijoles Great Northern cocidos o frijoles cannellini, enjuagados y escurridos
2 cucharadas de mantequilla sin sal, cortada en algunos pedazos
1 cucharadita de azúcar de coco o azúcar moreno, al gusto
Pimienta negra recién molida, al gusto
Para la variación de tomate y albahaca (opcional): 10 a 15 hojas frescas de albahaca, al gusto
INSTRUCCIONES
En un horno holandés o una olla para sopa, caliente el aceite de oliva a fuego medio hasta que brille. Agregue la cebolla y la sal y cocine, revolviendo ocasionalmente, hasta que las cebollas estén tiernas y se vuelvan translúcidas, de 7 a 10 minutos. Agregue la pasta de tomate y cocine, revolviendo constantemente, hasta que esté fragante, unos 30 segundos.
Agregue los tomates y el caldo de verduras y revuelva para combinar. Aumente el fuego a medio-alto y lleve la mezcla a fuego lento. Cocine durante 30 minutos, reduzca el calor según sea necesario para mantener un fuego lento suave y revuelva ocasionalmente.
Retire la olla del fuego y deje que se enfríe durante unos minutos. Con cuidado, transfiera la mezcla a una licuadora, asegurándose de no llenar más allá de la línea de llenado máximo (mezcle en lotes si es necesario). Agregue los frijoles, la mantequilla, el azúcar y varios giros de pimienta negra. Cierra bien la tapa y licúa la sopa hasta que quede suave, teniendo cuidado de que no salga vapor caliente de la tapa.
Dado que los tomates enlatados varían en sabor, siempre termino jugando un poco con esta sopa al final. Pruebe y, si es necesario, agregue un poco más de azúcar (para equilibrar la acidez de los tomates), pimienta y sal (yo suelo agregar otra ¼ a ½ cucharadita).
Si está agregando albahaca, agréguela ahora. Mezcle brevemente nuevamente y sirva caliente. Esta sopa se mantiene bien hasta por cuatro días más o menos. Puede congelar las sobras hasta por 3 meses.
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